El trato diario con personas en las actividades que realizamos debe servirnos para entrenarnos y mejorar el trato hacia el prójimo. Cuando compro algo en algún establecimiento soy especialmente atento a la forma de cómo me tratan, el cual determina que compre y vuelva a comprar en el mismo sitio de nuevo o de que me vaya sin comprar y por supuesto de no volver a pisar ese sitio nunca más. Soy particularmente fiel cuando encuentro algo que me gusta y lo gasto regularmente voy al mismo sitio a comprarlo. El trato hacia las personas debe ser respetuoso, amable para poder empatizar mejor y poder entablar una pequeña relación comercial en el momento de la compra.
Me gusta especialmente cuando trato con personas de que se vayan después de haber conversado conmigo con un buen sentimiento agradable cuando les transmito mi deseo de que les vaya bien con la frase: “Que tenga un buen día” y veo su sonrisa. Está es la forma que quiero tener cuando termino de hacer una compra, irme con una sonrisa y añadido la sensación de haber comprado algo que quería o necesitaba. Seguro que vuelvo porque ese trato amable, agradable hasta cariñoso se puede decir hace que conecte con la persona que trato y si representa un establecimiento de una marca pues mucho mejor para volver.
